El Ultimo Quejido Del Amor

A veces, en algunos momentos no es imposible creer en el amor, en su naturaleza o existencia. Pero ellos lo expresaban todo con las manifestaciones más simples que pueden existir. Se admiraban con los ojos refulgentes de éxtasis. Sus cuerpos exhalaban satisfacción. Poco a poco sus almas se les iban escapando con cada suspiro. Las bocas se mostraban decidas a devorarse. La brisa los apaleaba, la llovizna los abrumaba, el bullicio los confundía, pero sin embargo nada era demasiado importante como para distraerse, como para alejarlos. La perfección de sus cuerpos les generaba un ardor en lo mas profundo de su pecho. Ella sin mas preámbulos se le aproximó muy lentamente, llena e luz, llena de paz como bendecida por la misma Afrodita y el mismo Eros. El estupefacto prefirió esperarla en su lugar .Ella le arrimo la cabeza al pecho. Sintió aquel latido que era tan fulminante que resonaba como un trueno. Ella descubrió el mensaje de su corazón sobreexcitado. Lo miro y queriendo convencerse completamente, se volvió a apoyar en su pecho. Allí descubrió el amor. Acaricio su rostro con piedad. Lo observo una y otra vez. El no reaccionaba. Ella lucia diferente su rostro desquiciado se transformada minuto a minuto. Pero fue en solo un segundo cuando sus cuerpos se acercaron que ella con su mano le destrozo el pecho y le arranco el corazón de un tirón y así el amor termino desangrándose con un leve quejido.